Así, asistí a la presentación y toma del cargo donde estuvo acompañada por su hermano Marc, más serio que un billete de quinientos, quizás celosillo del protagonismo de su hermana, aunque cumplió con su papel, lo que todos nos esmeramos en elogiar.
También fui al desfile de disfraces y a la solemne procesión. Además, un par de noches cenamos con la familia en la calle.
¡Viva San Ramón!
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