Sinopsis:
En tiempos de guerra, el brillante físico estadounidense Julius Robert Oppenheimer, al frente del "Proyecto Manhattan", lidera los ensayos nucleares para construir la bomba atómica para su país. Impactado por su poder destructivo, Oppenheimer se cuestiona las consecuencias morales de su creación. Desde entonces y el resto de su vida, se opondría firmemente al uso de armas nucleares.
Hace dos miércoles volví al cine, acompañada esta vez por Mari Pau. Ella quería ver Barbie que empezaba una hora antes que Oppenheimer, por lo que después entró a mi sala y pudo disfrutar de las dos últimas de las tres horas que dura. Que no asuste la duración, que el peliculón lo vale.
Un par de días antes vi To End All War, un documental al respecto bastante reciente (interviene Christopher Nolan, el director de la película) que, antes de destriparme la trama como me temía, me ayudó a entender y apreciar el largometraje, además de asombrarme del parecido entre los personajes reales y los reales.
Es de esas películas que hay que experimentar en una sala de cine y, a ser posible, en versión original. Me sigue sorprendiendo la acogida de espectadores, y no todos somos guiris.
La imagen es espectacular, con la combinación del color y el blanco y negro. Por si vais a verla, sabed que esta última representa el punto de vista del personaje del doctor Strauss, prodigiosamente interpretado por Robert Downey Jr. Cillian Murphy no se queda atrás, desde luego. Auguro sendas nominaciones a múltiples premios.
Si la imagen ya impacta, el sonido sobrecoge: el contraste entre la música estridente y los silencios donde solo se oye la respiración de los actores mezclada con la nuestra, la de los espectadores.
Por último, para no cansar, el dilema moral que plantea: el pobre Oppenheimer pensaba que acabaría con todas las guerras con su bomba atómica y ya veis qué panorama tenemos.
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