Nada menos que en diciembre compré entradas para ver a Pablo Alborán en Alicante el 5 de agosto, para mi amiga Rosa y servidora. El día que fuimos al MARQ lo comenté con las amigas. In extremis, se apuntaron Loli y Mari Pau, que tuvieron la suerte de comprar dos de las últimas cuatro localidades que quedaban. Lo que parecía lejano en el tiempo llegó. Más que por mí, me hacía ilusión por mi Rosa, la más fan del malagueño. Para colmo, era el primer concierto multitudinario al que asistía, así que se emocionó aún más.
Me encanta Pablo Alborán pero no llego al extremo de saberme sus canciones más allá del estribillo, no como la mayoría de los siete mil asistentes que abarrotaban la plaza de toros. Por cierto, me llamó la atención que dicha mayoría rondábamos el medio siglo de edad.
El cantante se entregó y ofreció un concierto memorable. Me lo pasé pipa cantando, bramando más bien, y dejándome llevar por el ambiente. Un subidón de energía y buen rollo que nos cargó las pilas, y, por lo menos a mí, me dejó con ganas de más.
Os dejo con algunos vídeos que grabaron mis amigas.
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