domingo, 13 de septiembre de 2020

Bill and Ted face the music

 

Sinopsis:

A dos aspirantes a rockero de San Dimas, California, les aseguraron una vez no hace mucho tiempo que serían los salvadores del mundo después de protagonizar un viaje en el tiempo, pero la realidad es que hoy son padres de mediana edad que pasan los días tratando de componer una canción que valga la pena y de hacer que su destino se haga realidad. 


Allá por el siglo pasado, en 1989, Keanu Reeves y Alex Winter protagonizaron Las alucinantes aventuras de Bill y Ted, una tontería inocentona sobre dos amigos con pocas luces pero buenos sentimientos que viajan por el tiempo para encontrar la paz mundial a través de la música. Ante el inesperado éxito, dos años después rodaron una continuación, El alucinante viaje de Bill y Ted, donde se enfrentaban a la mismísima Muerte.

Muchos eran los fans que reclamaban una versión de los personajes metidos en el medio siglo. ¿Necesaria? La verdad que no. Así es que me temía lo peor.

Sin embargo, el producto resultante es sumamente entretenido, una comedia sin mayores pretensiones que transmite buen rollo. Se apoya en frases, situaciones y personajes de las dos anteriores, por lo que convence a los fans. Los dos actores protagonistas se ríen de ellos mismos con la proyección de los Bill y Ted del futuro, con unas caracterizaciones descacharrantes.

Por cierto, no me negaréis que la ciudad de San Dimas del año 2720 es clavadita a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Que conste que mi impresión positiva no está influida por mi devoción a Keanu Reeves, que aquí no puede estar menos favorecido, como si hubiera salido de una desafortunada operación de cirugía estética. Será por eso que en el cartel sale de espalda. 



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