Sinopsis:
Doug y Abi son dos padres normales que tienen tres hijos
encantadores aunque muy excéntricos. Cuando el estrés de ser padres pone en
peligro su estabilidad mental y su matrimonio, deciden realizar un viaje a
Escocia con sus hijos. Allí participarán en una gran reunión familiar y se
reencontrarán con Gordie, el increíblemente extravagante padre de Doug. Sin
embargo, lo que prometían ser unas vacaciones para la reconciliación pronto se
convierte en un campo de minas no exento de situaciones hilarantes en el que
rencores familiares, malentendidos y egos maltrechos conforman el orden del
día. Cuando los niños precipitan un giro inesperado en los acontecimientos, la
familia se ve obligada a aparcar sus diferencias y a colaborar, pues de lo
contrario corren el riesgo de perder aquello que más aprecian.
Me habían hablado tan bien
de esta película que hacía tiempo que quería verla. No me decepcionó en
absoluto y no dudo en recomendarla a todo el mundo.
Es una delicia, un compendio de elementos que la hacen de visión obligada. Desde esos maravillosos niños, tan lejos de los prototipos del cine estadounidense, el gran hallazgo del reparto, a los mayores, escoceses de pro como David Tennant y Billy Connolly. La visión de la pareja, de la relación padres e hijos, la depresión del ama de casa, el acoso de los medios de comunicación amarillistas y, por encima de todos, el peliagudo tema de la muerte, son aspectos que se tratan aquí con brillantez, humor y emoción. Sí, reconozco que se me saltó una lagrimilla. Por si fuera poco, están los bellos paisajes de Escocia. ¿Qué más se puede pedir?
1 comentario:
La vi no hace mucho en el cine. Está entretenida.
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