Ofrenda a la tormenta

Sinopsis:

Amaia siente que no está libre de peligro, un desasosiego que sólo Jonan comprende.
La muerte súbita de una niña en Elizondo resulta sospechosa: el bebé tiene unas marcas rojizas en el rostro que indican que ha habido presión digital, y además, su padre intenta llevarse el cadáver. La bisabuela de la pequeña sostiene que la tragedia es obra de Inguma, el demonio que inmoviliza a los durmientes, se bebe su aliento y les arrebata la vida durante el sueño. Pero serán los análisis forenses del doctor San Martín los que convencen a Amaia Salazar de investigar otras muertes de bebés, que pronto revelarán un rastro inaudito en el valle.
Y mientras, desde el bosque, una impresionante tormenta llega para sepultar la verdad más demoledora.

He acabado la Trilogía del Baztán. Más que de tres novelas se podría hablar de una de más de 1500 páginas dividida en tres partes, cada una con la conclusión parcial del caso policial del que se ocupa y la última con el remate a la que subyace desde la primera.

Ha sido una lectura absorbente que me ha sumado a las hordas de seguidores de la saga. Y si me atrevo a calificarla así es porque no dudo que continuará: la autora nos ha dejado la puerta abierta y el cebo colocado para que esperemos la continuación.
 

Como parte un poco débil, deduje quién era la mente criminal desde mediados de la segunda entrega. E incluso he pensado quién sería perfecto para darle vida.
 

He leído que se han vendido los derechos para el cine, aunque en mi opinión lo ideal sería una serie bien hecha.