sábado, 2 de marzo de 2019
Dieciocho meses y un día
Sinopsis:
Dieciocho meses y un día es el tiempo que Sabina Lamer, una afamada pintora afincada en Peñíscola, lleva encerrada en el ático donde vive. Sufre de una grave agorafobia, fruto del estrés postraumático que desarrolló tras ser la única testigo del asesinato de su mejor amiga, en plena calle, a manos de su ex marido.
Resulta que el padre de Paz Castelló, la autora de esta novela, es de Agost. No tengo el gusto de conocerla personalmente pero ya la aprecio, la sigo en Facebook, donde es muy activa, y admiro su gestión de las redes sociales.
Literariamente, la conocía por la novela La muerte del 9. De entonces a ahora he encontrado una mejora tan tremenda que me ha sorprendido. Aquí compone una historia intimista, casi un monólogo interior, de una mujer destrozada, aquejada de dolores anímicos cuya primera manifestación es una agorafobia que la coarta. Mi idea de esta enfermedad era tan superficial que no comprendía la magnitud de la condena que supone. A ella se une la sensación de impotencia de la pérdida de su mejor amiga, víctima de la violencia de género. A su alrededor, como víctimas colaterales, unos personajes vívidos que se desviven por demostrarle su amor a sabiendas de que ella no está en condiciones de recibirlo.
Aunque conocemos a Sabina, la protagonista, casi al final del periodo del tiempo que da título a la novela, vemos la evolución, fruto de la desesperación, que la empuja a actuar de tal modo que no cabe otro final más plausible, dentro de lo realista, que el que se nos ofrece y que me parece uno de los aciertos de la narración.
Además, no he encontrado faltas de ortografía, aparte de la carencia de unas comas con los vocativos, lo que para mí es importante, ya lo sabéis.
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