Siete desconocidos, cada uno con un secreto, se reúnen en el hotel El Royale, en el lago Tahoe, un sitio ruinoso con un oscuro pasado. En el transcurso de una fatídica noche, todos tendrán una última oportunidad de redención ... antes de que todo se vaya al infierno.
Película fascinante que no deja indiferente, para bien o para mal. Se sale de las convicciones cinematográficas que atiborran las pantallas últimamente. Fascinante a pesar de su extrema violencia, como las primeras películas de Tarantino, aborda el subgénero de historias cruzadas con solvencia, apoyada en un grupo variopinto de actores que salen de su zona de confort para ofrecer interpretaciones dignas de encomio, sin protagonismo sino al servicio de los demás.
Aunque su papel no es muy extenso, la presencia de Chris Hermsworth como un psicópata líder de una secta en plan Charles Manson, es intensa y merecedora de elogio.
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