Concierto benéfico

El sábado 9 Mari Pau y yo nos dirigimos a la Casa de Cultura a ver un concierto de una de las bandas locales, donde Vicent, su marido, toca la tuba. Si de habitual suelo ir a los conciertos, tenía más motivos para no perderme este, ya que se trataba de una colaboración para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer.

Como no se podía cobrar entrada al tener lugar en una dependencia municipal, se pusieron en el vestíbulo un par de mesas petitorias donde la gente aportaba el dinero que estimaba conveniente. A cambio, nos daban una tira de números pues al término del concierto tendría lugar un sorteo. Se rifaría un cuadro pintado por Marina Iborra, artista reconocida y profesora del grupo de pintura local. La gracia fue que Marina iba pintando al mismo tiempo que la banda tocaba.

Fue un espectáculo maravilloso la conjunción de dos artes: música y pintura, una delicia para los sentidos. Se me caía la baba al ver cómo el lienzo en blanco adquiría forma y color ante los ojos embobados de los asistentes que llenábamos el salón de actos. Lástima que no me tocase la rifa, porque el cuadro que retrataba la icónica Explanada de Alicante era precioso.