Uno de los más bellos sonetos de la Literatura Española, una poesía grave, reflexiva, en la que el poeta expresa con un tono desgarrado sus reflexiones pesimistas sobre la muerte: No obstante, adquiere un tono desafiante pensando que su amor será eterno aunque su cuerpo se convierta en polvo. El amor esta por encima de la muerte.
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
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