Sinopsis:
Johanna Morrigan decide abandonar su vida en Wolverhampton para mudarse a Londres. En el proceso, cambia radicalmente su forma de ser e incluso su propio nombre, pasando a ser conocida ahora como Dolly Wilde. Por suerte para ella, obtiene un trabajo como crítica musical que le permite dejar atrás su vida de pobreza.
La primera razón para ver esta película es que está basada en una novela de Caitlin Moran, escritora y columnista a la que conocí por un artículo suyo, absolutamente brillante, dedicado a mi querido Benedict Cumberbatch.
La segunda razón es la presencia de la joven actriz Beanie Feldstein, a la que ya admiré en Lady Bird y en Superempollonas. Cuando en la película que reseño la oí hablar con un perfecto acento británico, me pregunté: ¿Esta chica no es estadounidense? San Google me lo corroboró, así que la felicito por un trabajo vocal impecable. Aunque no tenga nada que ver, también me enteré de que es hermana de Jonah Hill.
La película trata sobre las dificultades de la adolescencia para configurar el germen de lo que será un ser adulto a partir de muchos errores y algún acierto. La pasión por escribir ayudará a la protagonista en dicha transición.
Una comedia inteligente y divertida, género poco frecuente en estos tiempos.
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