Sinopsis:
Kylie sabe que Jensen la observa con atención. Una oscura promesa sensual se asoma en sus pupilas: su instinto de dominación. Pero eso la atemoriza demasiado porque ella y su hermano han sobrevivido a duras penas a una infancia sumida en la violencia y el abuso. Por eso, ella sabe que nunca podría ceder el control total y someterse a un hombre. Y sobre todo, a un hombre como Jensen.
Él ve esas sombras en los ojos de Kylie. Sabe que tiene que andarse con mucho cuidado porque si no se arriesga a perder esta oportunidad. Lo único que quiere es demostrarle que la dominación no es solo dolor, servidumbre o disciplina sino que la rendición emocional es la más valiosa de todas, y gracias a la cual Kylie podría llenar el doloroso vacío en su corazón como nadie más lo haría.
Hace unos meses os reseñé Déjate llevar, la primera novela de la trilogía Rendición de Maya Banks. Allí me quejaba de que había comprado los tres libros sin saber que trataban de dominación, de ahí mi tanto despotricar. Ya que los tenía, tampoco los iba a tirar, así que le di una oportunidad a la segunda entrega.
Como mis expectativas eran tan bajas, lo cierto es que no me provocó ganas de vomitar. Al parecer, cada una de las novelas gira en torno a una de las tres amigas que conocimos en la primera. La joven protagonista padece traumas derivados de haber sufrido abusos sexuales de niña, por lo que le resulta difícil entablar una relación amorosa. Con estos antecedentes, si hubiese estado a favor de la dominación, habría sido para matarla o para internarla al menos.
Así pues, hay una historieta de amor que se habría podido contar en la mitad de páginas. Se conoce que la autora necesitaba llenar más y lo que hace es contar lo mismo en boca de varios personajes, así que me he saltado unos cuantos párrafos.
Veremos cuándo me animo a concluir la trilogía.
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