Sinopsis:
Laura García Hernández, una niña de catorce años, ha desaparecido. La última vez que se la vio fue entrando en un conocido centro comercial, cuando acudía a una misteriosa cita. A los pocos días aparece descuartizada en el aparcamiento de la planta baja. El cuerpo presenta mordeduras de animal, pero su hermano Jaime insiste en que fueron causadas por un ser humano. Todo se complica cuando Pablo, un publicista que trabaja en la agencia más prestigiosa del país, sospecha que el asesinato puede estar relacionado con la muerte de algunas famosas influencers.
He acabado de leer la última creación literaria de Pablo Rivero, al que vi en Fausto. Con lo buen chaval que parece y las novelas tan retorcidas que escribe. Aunque el inicio quizás peque de moroso, pronto nos sumerge en una atmósfera malsana donde no se sabe qué sucede exactamente pero provoca mal sabor de boca cuando no náuseas directamente.
Parece ser que está de moda el trasvase de personajes de una novela a otra: así, vemos de refilón al protagonista de su Penitencia, aunque lo que importa es la importancia que aquí adquiere un personaje principal de su ópera prima No volveré a pasar miedo. Más que miedo, aquí nos transmite angustiante desazón, un no querer seguir leyendo junto al deseo de saber cómo continúa ese universo de perversión.
Pobres las chicas del título que pretenden alcanzar la fama a través de sus cuentas de YouTube o Instagram. Como diría la profesora de baile de la serie, "La fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar". No con sudor sino con la muerte.
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