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Le pregunté, pues, dónde podría adquirirlo. Insistí en ese último verbo, para que no se me tildara de mucho morro. Me respondió: "Por supuesto que sí. Lo menos que puedo hacer es agradecer que me haya avisado y será un placer para mí enviar un ejemplar dedicado. Dígame dónde. Saludos".
Le di mi dirección y a los pocos días lo tenía en casa. Gratuitamente. Pues me ha hecho ilusión, a qué negarlo.
1 comentario:
Un buen detalle, el que ha tenido Vicente Vallés, como no podía ser menos para corresponder el que tú habías tenido con él al advertirle del gazapillo que se coló entre tantas miradas que revisaron su texto.
Deseo que tenga mucho éxito como novelista y que pronto saque otra novela tan entretenida e interesante como parece ser "Kazán"
Personalmente, le aconsejaría que te envíe las galeradas ya corregidas por si detectas otro gazapo. Aunque, por desgracia, las gentes a quienes todavía importa el idioma y lo que con él se hace (y muchas veces, se deshace) somos cada vez menos.
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