Sinopsis:
Narra la historia de la relación entre Pamela Anderson y Tommy Lee, el turbulento romance que comenzó cuando se casaron después de conocerse solo durante 96 horas en 1995 y el escándalo mundial cuando salió a la luz un video de la pareja manteniendo relaciones sexuales.
Los sucesos que relata esta serie de una única temporada me iban viniendo a la memoria conforme avanzaban los episodios. En los años noventa del siglo pasado Pamela Anderson era una megaestrella mediática, carne de póster gigante de paredes de adolescentes y objeto de deseo de cualquier hombre heterosexual. Sin embargo, al menos en España, Tommy Lee, el coprotagonista de esta historia, no era tan conocido, a no ser por los aficionados a la banda Mötley Crüe.
Eran los tiempos de la eclosión del vídeo doméstico, de la peregrinación al videoclub para elegir una película y rebelarnos así contra la tiranía ejercida por los escasos canales de televisión de que disponíamos. También eran los tiempos de acceder al porno en casa fácilmente.
La filtración de la cinta sexual de los protagonistas es el detonante para ocho episodios brillantes sobre ellos y, más ampliamente, sobre las miserias de la condición humana. Aunque también hay cabida para la historia de amor que compartieron, con todos los altibajos posibles, retrata el machismo imperante de la época del que aún no nos hemos desprendido. Pamela, que de tonta no tenía un pelo de su hermosa melena rubia, sufre en sus recauchutadas carnes el sexismo de la sociedad, especialmente la parte masculina.
Soberbias las interpretaciones de la irreconocible Lilly James y Sebastian Stan, que merecen ser reconocidas y premiadas.
1 comentario:
Como en aquella época yo no me enteraba de semejantes entresijos, y la verdad, sigo sin enterarme demasiado, la serie no me ha despertado un especial interés. Parece haber una moda de hacer series inspiradas en ciertos personajes de la vida real que muchas veces no tuvieron más mérito que el de escandalizar la sociedad o ser motivo de las portadas de las revistas del corazón o de los tabloides.
Ahora bien, puede darse el caso de que, con ayuda de buenos guionistas e interpretadas por actores y actrices solventes, estas series nos puedan ilustrar sobre aspectos más profundos que los que en su momento se mostraron en las pantallas o en el papel couché.
En este caso, tal vez nos haga reflexionar sobre el precio de la fama, los límites (o la falta de ellos) de la incursión del público en la privacidad de las personas y, como bien dices, el machismo que intensifica la cosificación de las mujeres sometidas a ese escrutinio público.
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