Si hace unas semanas nos dijo adiós una compañera, el viernes fue la despedida de otra, Laura, que estaba en prácticas. Una chica estupenda que nos ha hecho la vida más fácil a los demás en el centro social.
Ante la premura de no poder comprarle un regalo físico, le dimos un vale para compartir con ella una comida o cena. Eso sí, a media mañana nos zampamos un buen almuerzo, pasteles incluidos. Para aumentar la juerga, repartieron pelucas y otros accesorios que nos pusimos para reírnos y hacernos fotos.
Mis mejores deseos para Laura.
1 comentario:
Buena marcha la que tenéis en el centro social, y genial idea la de las pelucas. ¿Qué sería la vida sin echarse unas buenas risas?
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