El viernes quedé con mis compañeros del centro social para compartir una comida de despedida. Llegaron con un precioso ramo de rosas y un photocall de corcho blanco adornado con fotos mías de mi paso por el centro social, una obra de arte.
También me obsequiaron con un colgante de Tous, además de invitarme a comer, pero lo más importante fue la compañía de unos, más que compañeros, amigos, con los que tantas horas he compartido y que tanto me han ayudado. A todos, ¡gracias!
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