Sinopsis:
La escuela Carmen Arranz vuelve a abrir sus puertas. Han pasado más de 15 años y Rober regresa desde Estados Unidos con la idea de montar un gran musical y recoger los antiguos éxitos de UPA junto a otros nuevos para brillar como años atrás. Junto a Silvia y Lola pondrán en marcha las pruebas de acceso para la escuela, donde participarán una nueva cantera de alumnos, bailarines, cantantes y compositores, que puedan intervenir en el musical y traer nuevos ritmos al centro. Al equipo docente se unirán Luiso y Sira, que se enfrentarán a una nueva generación de jóvenes, con los que chocarán y se adentrarán en las nuevas culturas y estilos musicales.
Un paso adelante fue un boom televisivo entre adolescentes, sobre todo, y más tipo de público pues llegó a altísimos índices de audiencia, no solo en España sino también en otros países europeos. Hoy en día, con la tremenda proliferación de oferta de canales, es muy difícil que se produzcan fenómenos así. Por eso, me temo que esta continuación, veinte años después, pase con más pena que gloria.
Para empezar, no me queda claro a quién va destinada. Si es a los nostálgicos de la serie primigenia, no sé hasta qué punto les van a interesar las peripecias amorosas y sexuales de los nuevos veinteañeros cuyos bailes difieren. Si es a los jóvenes de ahora, los protagonistas de antaño les resultarán viejunos.
Si me he tragado los ocho episodios que ofrecen un final cerrado, menos mal, es por la presencia de Miguel Ángel Muñoz, aunque no se marca ni medio paso de baile. Lo acompañan Beatriz Luengo y Mónica Cruz, las coprotagonistas originales, pero he echado de menos al cuarto vértice, Pablo Puyol. Para emoción, los cameos de Lola Herrera y Natalia Millán.
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