Los componentes de este blog somos un grupo de amigos dispersos por el mundo que charlamos de lo divino y de lo humano. Desde el respeto y la buena educación, nuestras posturas coincidirán a veces, mientras que otras divergirán totalmente. Sin tratar de imponerlas a los demás, cada cual se responsabiliza de sus propias opiniones.
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Serie de época que recrea los sorprendentes acontecimientos que tuvieron lugar durante el reinado más corto de la historia de España con el monarca más desconocido: Luis I, hijo de Felipe V.
Viendo series de la BBC he pensado que conocemos más la historia británica que la nuestra propia. ¡Y anda que no da para poco! Por eso no me podía perder La vida [breve] sobre el reinado de Luis I de España, hijo de Felipe V, de tan infausta memoria para los valencianos.
Sé que he leído una novela al respecto pero no recuerdo ni el título ni el autor. Lo que sí tengo más fresco es un episodio que le dedicó la añorada El ministerio del tiempo centrado en el trastorno bipolar del monarca. El propósito de esta miniserie no parece ser ofrecer una crónica fiel sino más bien una crítica en tono de comedia ácida sin dejar de lado la historicidad. Además, está rodada en sitios reales, en ambos sentidos, y la ambientación, vestuario, peluquería, etc., es una maravilla.
En la última reunión del club de lectura de la biblioteca local comentamos Un dilluns de febrer, que ya había leído el año pasado.
La velada se enriqueció con la presencia de Lola Ivorra Maestre, la autora, paisana nuestra.
Pasamos una tarde estupenda hablando de la novela, de los personajes, de los lugares alicantinos donde trascurre, de las circunstancias del 23-F y de los recuerdos personales de cada uno de dicha fecha.
En el futuro, tras el desastre climático, las mujeres pasan sus embarazos en el Santuario, una enorme cúpula diseñada para evitar que la contaminación del aire afecte a la gestación. Allí viven en paz, cuidadas y relajadas, lejos de su familia y del resto de la sociedad. O al menos eso les han dicho siempre. La llegada de Pilar a este centro sacará a la luz la verdad que oculta el Santuario.
A priori, cualquier serie o película auspiciada por Álex de la Iglesia cuenta con mi interés, lo que no implica que lo mantenga a lo largo del metraje, algo que me ha sucedido aquí.
La premisa de partida me atrapó, pese a que la ambientación distópica, el tema de la maternidad y el rojo intenso de unos trajes protectores me evocaron El cuento de la criada, de cuya primera temporada no pude pasar.
Los últimos episodios de los ocho que la componen dan un giro a los previos y descolocan por completo .
El elenco es competente pero no acaba de funcionar, no sé si por culpa del guion.
No me ha convencido ni me ha hecho entrar en los temas que pretendía tocar.
Ambientada en la influyente escena musical de Nueva York de principios de los años 60, 'A Complete Unknown' cuenta la historia del meteórico ascenso del músico de Minnesota Bob Dylan, un cantante de folk de 19 años, hasta las salas de conciertos y lo más alto de las listas de éxitos. Las canciones y la mística de Dylan, de nombre Robert Allen Zimmerman, se convirtieron en un fenómeno mundial que culminó en 1965 con su transgresora actuación de rock eléctrico en el Newport Folk Festival.
Cualquier mención a Bob Dylan me remite a mis años de universidad, cuando trabé amistad con Irene, una compañera de Alcoy que era total devota del hoy premio nobel: tenía sus discos, sabía sus canciones y las cantaba imitando con acierto su voz, e incluso lo había visto en concierto. A mí se me escapaba tal admiración.
Tras ver esta película, no he cambiado de opinión, pero reconozco que está entretenido el retrato del cantautor en los años sesenta y su transición del folk al eléctrico.
Sin haber visto todavía a Adrien Brody en The Brutalist, muy bien lo ha tenido que hacer para arrebatar el Oscar a Timothée Chalamet (que no es santo de mi devoción) que realiza una interpretación bestial, no solo actuando sino también cantando y tocando la guitarra, al igual que el resto de actores.
Una amiga de Alberto tiene piso en Alicante, por lo que ha estado unos días por estas tierras. El lunes se acercó a visitarnos junto a sus amigas Nieves y Blanca, tan simpáticas como él. Antes de comer, fuimos a saludar a Mari Pau y dimos un paseo por Agost bajo un sol de justicia.
Comentando con Alberto a cuándo se remontaba nuestra amistad, he consultado en mis archivos. Nuestras primeras cartas se remontan a enero de 1997, o sea que en un par de años cumpliremos tres décadas.
Alberto nos propone una canción icónica de Cabaret, uno de los mejores musicales de la historia, que he visto dos veces en teatro.
El dinero hace girar el mundo, cantan Liza Minelli y Joel Grey en el famoso número de la no menos famosa película Cabaret, que dirigió en 1972 Bob Fosse, filme que tiene su origen en el musical del mismo título basado en la obra del británico –nacionalizado luego estadounidense– Christopher Isherwood Adiós a Berlín, publicada en 1939.
“El dinero hace girar el mundo. / Lo hace girar. / Un marco, un dólar o una libra. / Es lo que lo hace girar. / Ese sonido metálico es lo que lo hace girar. / Dinero, dinero, dinero, dinero. / Si eres rico y quieres diversión, puedes permitirte una juerga. / Si eres rico y estás solo, puedes llamar a la criada. / Si eres rico, te deja tu amante y estás triste, / puedes llamar un taxi y recuperar tu yate de catorce quilates. / El dinero hacer girar el mundo, / de eso estamos seguros / porque somos pobres. / Dinero, dinero, dinero, dinero. / Cuando no tienes carbón y te hielas en invierno, / cuando no tienes zapatos y te faltan quince kilos, / si vas a ver al cura te dirá que ames más al prójimo. / Pero cuando el hambre llama a la ventana, / el amor huye por la puerta. / El dinero hace girar el mundo”.
Hoy es el Día Internacional sin Faltas de Ortografía. La fecha fue ideada por un portal web que busca concientizar sobre el uso de una escritura clara y sin errores. Asimismo, resulta favorable para reflexionar sobre algunos puntos del uso y enseñanza de la ortografía, aplicables tanto para el español como para otros idiomas.
El conocimiento y el dominio de la ortografía resultan imprescindibles para asegurar la correcta comunicación escrita entre los hablantes de una misma lengua, al garantizar la adecuada creación e interpretación de textos escritos.
La escritura es importante porque facilita la comunicación, el aprendizaje, la expresión personal, el registro de información y muchas otras actividades esenciales en la vida cotidiana y en la sociedad en general.
Para aumentar la motivación y el interés por escribir cada día mejor, aquí algunas de las ventajas de tener buena ortografía.
Dar una sensación agradable al interlocutor. ...
Es más sencillo comunicar ideas y se demuestra orden mental. ...
Cada trabajo tiene una imagen más profesional. ...
En la zona de los fiordos orientales, todos conocen la historia de la salvaje tempestad que en enero de 1942 tuvo trágicas consecuencias para un grupo de soldados británicos. También aquel día, la joven Matthildur salió de casa y nadie la volvió a ver. Su cadáver jamás apareció tras el temporal. Aunque eso sucedió hace décadas, el inspector Erlendur decide investigar por su cuenta y riesgo qué le pasó a Matthildur y, además, enfrentarse a su mayor trauma: la desaparición de su hermano durante otra tormenta.
No había leído nada de este autor, al parecer bastante popular entre los aficionados a la novela negra nórdica: no en vano, esta es la undécima entrega de las investigaciones de este policía islandés. Lo bueno es que no me ha hecho falta haber leído las previas para sumergirme en la naturaleza hostil que le da título. No concibo el horror de vivir en países tan fríos, sin apenas sol, rodeados de nieve, ventiscas y tormentas. Luego dicen que los latinos, con la sangre caliente, somos más propicios a cometer crímenes pasionales. Pocas novelas escandinavas han leído.
Otra característica de dicho tipo de historias es combinar líneas narrativas del presente con otras acaecidas décadas atrás y cómo unas se imbrican en las otras. Cuestión de memoria histórica.
El viernes pasado, víspera del Día de la Mujer, tuvo lugar la tradicional comida de hermandad (¿o habría que decir "sororidad"? de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de Agost.
El restaurante era el mismo que el de los dos años anteriores, el único que a día de hoy tiene cabida para las casi ciento cincuenta comensales, entre los cuales nos encontrábamos cuatro guapetonas y servidora. El menú estuvo estupendo, aunque seguro que alguien quedó descontento, que mis paisanos son así.
La secretaria de la Asociación anunció que los miembros de la actual directiva, mi hermana incluida, quieren renunciar a los cargos, por lo que solicitaron la colaboración de las socios para presentarse voluntarias. Pronto harán una asamblea y se verá quién está dispuesto a trabajar, que aquí nos encanta criticar y echar las culpas a otros.
Mis amigas y yo estábamos tan a gusto, charla que te charla, que ni cuenta nos dimos de que nos quedamos las últimas en el restaurante. Me hacía falta un rato así.
Bridget está sola después de enviudar hace cuatro años, cuando Mark murió durante una misión humanitaria en Sudán. Es la madre de Billy, de nueve años, y de Mabel, de cuatro, y se encuentra en una especie de limbo emocional mientras cuida a los niños con la ayuda de sus mejores amigos y de un antiguo amante, Daniel Cleaver. Presionada por su familia urbana, compuesta por Shazzer, Jude y Tom, su compañera de trabajo, Miranda, su madre y su ginecóloga, la Dra. Rawlings, se siente obligada a interesarse por la vida y el amor. Trabaja de nuevo e incluso prueba con una app de citas, a través de la cual conoce a un soñador bastante más joven que ella. Mujer trabajadora, ama de casa, madre y enamorada (a medias), Bridget se enfrenta al enjuiciamiento de las madres perfectas en el colegio, se preocupa por Billy, que no acaba de acostumbrarse a no tener un padre, y mantiene una extraña relación con el muy racional profesor de Ciencias de su hijo.
Tenía previsto ir al cine a ver esta película. El plan se me torció porque no podía salir de casa, por las obras.
Compensaciones de la vida, la he encontrado por la red de redes en perfecta calidad de imagen y sonido; y, además, en versión original subtitulada, como a mí me gusta: es un mérito el clavado acento inglés de Renée Zellweger, lo que no es habitual en actores estadounidenses, mientras que al revés sí.
Lo primero que me chocó fue la ausencia de sobrepeso de Bridget, leit motiv de los primeros libros y películas. A ver si es que, al contrario de la mayoría de las mujeres, adelgaza con los embarazos.
Pasada dicha impresión, en cuanto se presentan los personajes nuevos, ya se sabe cómo va a terminar, que para eso una está curtida en comedias románticas. Aun así, resulta agradable de ver, y es una delicia la presencia de Colin Firth y Hugh Grant, este último descacharrante en una caricatura de sí mismo.
Yo diría que no habrá más películas de Bridget Jones, pero nunca se sabe.
Tras 30 años de matrimonio y dos hijos en común, Miren abandona el domicilio conyugal y denuncia a su marido por violación continuada. Esta grave acusación obliga a los hijos a elegir entre creer a su madre o apoyar a un padre que defiende su inocencia. Un viaje familiar que avanza en paralelo al judicial con un mismo objetivo: conocer la verdad.
Tuve curiosidad de ver esta miniserie de tan solo cuatro episodios tras leer criticas encomiables y ver qué recibía premios en diversos certámenes.
No resulta precisamente agradable por la premisa de la violencia en el seno del matrimonio, quizás normalizado tras décadas de inculcar a las mujeres que había que aguantar los deseos del marido para que la familia se mantuviera unida. Las nuevas generaciones, encarnadas en los hijos de dicho matrimonio, son las encargadas del cambio.
Son cuatro episodios demoledores, que transitan entre géneros -del drama familiar a la intriga judicial pasando por el thriller psicológico. No me extrañaría que se hiciera una adaptación teatral pues se presta al formato. Tanto el cuarteto protagonista como los secundarios están ajustadísimos.
Daba lluvia para el domingo antepasado y pensaba que no podría ir al ciclo de teatro infantil. Ni gota. La función se titulaba Nilu, que significa "agua" en el sur de la India, un lugar que carece de ella. Cuenta un viaje de resiliencia, búsqueda y amistad que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el agua y a tomar conciencia de la necesidad de preservar y proteger este tesoro incalculable para las futuras generaciones.
Un único intérprete combina artes circenses, magia y teatro de objetos, más la expresividad corporal que sabe conectar con pequeños y grandes. Para salvar la barrera idiomática, habla un idioma inventado con resabios de Minions, muy divertido.
Mi calle está de obras. Primero quitaron el asfalto. Al dejarme sin salida, tuvieron la amabilidad de escuchar mis quejas y ensanchar la acera. Estos días están excavando en medio de la calzada, supongo que para cambiar tuberías.
De momento cuento con la acera, pero cuando empiece el proceso de adoquinado, tendrán que quitarla y ya veremos si puedo salir de casa en unos cuantos días.
Como hace unos días se han otorgado los premios Oscar, Alberto ha decidido dedicar las propuestas del mes de marzo al cine.
«Nothing's Gonna Stop Us Now» es el título de es una canción escrita por Albert Hammond y coescrita por Diane Warren, producida por Narada Michael Walden, e interpretada por el grupo estadounidense Starship, incluida en su segundo álbum de estudio, No Protection (1987). Conocida por ser el tema principal del film Mannequin (1987), alcanzó el primer puesto del Billboard Hot 100 el 4 de abril de 19871 y también el primer puesto del UK Singles Chart durante cuatro semanas en mayo del mismo año.
Fue nominada al Óscar a la mejor canción original en la edición de 1988. Qué jóvenes éramos entonces.
Cuando asesinan a su amante, una espía que lleva una doble vida como la esposa de un político acude a un viejo amigo para descubrir la verdad y vengarse.
Esta miniserie está ambientada en época navideña, elemento que no es sustancial a la trama. Si me puse a verla fue porque solo tenía seis episodios y porque era una producción británica, normalmente garantía de calidad. El problema es que es una serie de Netflix, no de la BBC. Y cómo se nota la diferencia.
Esto es una especie de pastiche de género de conflictos internacionales que pueden provocar un enfrentamiento bélico, espías encubiertos, asesinos a sueldo y dulces ancianitas que manejan el cotarro. ¿Dónde estás, 007?
Keira Knightley y sus mohínes salen monísimos, sí, y el pobre Ben Wishaw pone cara de querer estar en cualquier otra parte.
Si hay una segunda temporada, que no cuenten conmigo.
Basada en la historia real de Aránzazu Berradre Marín, pseudónimo con el que se infiltró una agente de la Policía nacional en la banda terrorista ETA durante 8 años. Cuando contaba apenas 20 años, la joven consiguió adentrarse en la izquierda abertzale, siendo la única mujer que convivió en un piso con dirigentes de ETA. Durante su infiltración se vio obligada a cortar totalmente lazos familiares, todo para poder desarticular el comando Donosti en un momento crucial en el que la banda declaraba falsamente estar en tregua. Es la historia de una mujer valiente, que cambió su vida para intentar salvar la de otros.
Por fin he visto la película multipremiada en los Goya y otros certámenes. Ciertamente se merece dichos reconocimientos pues conjuga entretenimiento y la disección de una época de la historia de España reciente que no debería ser olvidada sino enseñada a las generaciones jóvenes que tienen la suerte de no haber vivido el terrorismo de ETA.
No es la primera vez que se trata la figura de un infiltrado en una asociación terrorista. El retrato más verosímil e impactante para mí fue el de Lorenzo Silva en su novela El mal de Corcira. La principal diferencia de la película es que la protagonista es una mujer, que sufre la condena añadida de no ser hombre en unos tiempos aún más machistas que los actuales. Todo un trabajazo el de Carolina Yuste.
Con lo cinéfila que he sido y que creo que aún soy, este año los Óscar no me han interesado lo más mínimo. De hecho, vi la película ganadora hace unos días y ni siquiera me motivaba para escribir sobre ella. Que si, que está entretenida pero no es para tanto ni mucho menos.
¿Me estoy haciendo demasiado mayor?
Los Premios Oscar más reñidos de la historia han dejado de ser un misterio. Finalmente, ninguno de los dos largometrajes que atesoraban más nominaciones ('Emilia Pérez' y 'The Brutalist') ha sido el gran vencedor de la noche. Aunque en los últimos días se había instalado un runrún que situaba a 'Anora' en la cabeza de todas las quinielas, al final el repaso ha sido total: la revisión de 'Pretty woman' se ha hecho con las estatuillas más importantes de la noche. Los académicos la han elegido como mejor película del año, el cineasta independiente Sean Baker se ha llevado el premio a la mejor dirección y su protagonista, Mikey Madison, se ha coronado como mejor actriz protagonista.
En el resto de categorías se ha cumplido más o menos el guion esperado. Adrien Brody se ha hecho con su segundo Oscar gracias a su trabajo en 'The Brutalist', Zoe Saldaña ha salvado el honor para 'Emilia Pérez' y Kieran Culkin atesora un reconocimiento más por su personaje en 'A real pain'. España se ha quedado sin premio: Karla Sofía Gascón no ha logrado salvar las polémicas y cierra una temporada que nunca olvidará con Hollywood dándole la espalda.
Si te has introducido en el Universo Reina Roja, te sonará el nombre del Señor White.
Esta novela te descubre alguna de las claves del personaje más oscuro, pero quizá más presente, de los libros de Juan Gómez-Jurado.
Esta novela corta de Juan Gómez-Jurado relata un episodio de la juventud del señor White, uno de los psicópatas más icónicos de la última literatura española, tan admirable por su inteligencia como tan aborrecible por su sadismo y carencia de empatía. Da pavor pensar que existen mentes tan retorcidas, tan crueles como la de este personaje.
Y no nos podemos escudar en que es ficción, porque no es un tópico lo de que la realidad lo supera, como manifiestan los tan ahora en boga documentales, pódcasts y series de true crime. La narración es tan trepidante como explícita, marca de la casa, y no se puede dejar.
Al igual que con su predecesora, La historia del señor White, solamente se puede adquirir en formato de libro electrónico.
Como cada año antes de la Ceremonia de los Oscars, Olly Gibbs nos regala sus fantásticas ilustraciones de las películas nominadas a mejor película en los Oscars 2024:
Ambientada en Miami en 1991, 15 años antes de los eventos de la serie original, la precuela sigue a Dexter mientras pasa de estudiante a vengativo asesino en serie. Con ayuda de su padre, adoptará un código pensado para encontrar y matar a aquellos que merecen ser eliminados de la sociedad, sin llamar la atención de la policía. Un desafío especialmente complicado cuando empieza a trabajar como becario forense en el departamento de policía metropolitana de Miami.
He leído quejas de por qué estirar el chicle de Dexter, uno de los personajes más fascinantes de la televisión de lo que llevamos de siglo. Cierto que yo también me quejé de lo floja que fue la última temporada regular, pero me reconcilié con la de Dexter: New Blood.
Termina con su aparente deceso, aunque en televisión ya se sabe: no hay problema en resucitar a nadie, que no estaba muerto, que estaba de parranda. No obstante, eso se verá en una próxima entrega. Aquí se centra en su juventud, cuando Dexter empieza su particular cruzada contra los asesinos impunes para dar rienda suelta a su pasajero oscuro. Me ha convencido el joven actor Patrick Gibson que lo encarna y que ha sabido captar su esencia (ayudado por la voz en off del mismísimo Michael C. Hall), al igual del resto de personajes.
El único fallo que le veo es que desde el principio se adivina el villano, porque no se contrata a un actor de renombre para que se conforme con un personaje secundario.
«Black Velvet» —en español: «Terciopelo negro»— es la preciosidad de canción que nos ofrece Alberto, escrita por los compositores canadienses Christopher Ward y David Tyson, y grabada por la cantante y compositora, también canadiense, Alannah Myles. Fue publicado en julio de 1989 como uno de los cuatro simples del CD epónimo de Myles, por Atlantic Records.
La letra menciona cómo la música de Elvis Presley era una 'nueva religión' que podía llevar a la gente a sus rodillas, subrayando el fervor casi religioso que sus fans sentían por él. La canción captura la intensidad y la pasión que Elvis provocaba, así como la tristeza y el anhelo que dejó tras su partida prematura.