domingo, 18 de mayo de 2025

Como agua para chocolate




Sinopsis:

No siempre tenemos a mano los ingredientes de la felicidad. Tita lo había aprendido desde pequeña, cuando crecía en la cocina con Nacha y se le negaba toda posibilidad de vida propia desde su nacimiento. Pero lo que también aprendió Tita es que los ingredientes no son lo más importante para cocinar un buen plato, sino todo el amor con que seas capaz de hacerlo. Pero Tita se dio cuenta de que sus platos no solo tenían el poder de deslumbrar por sus sabores y texturas. Su tristeza, su alegría, su deseo o su dolor a la hora de prepararlos se contagiaban irremediablemente a todo aquel que los probaba.


Como agua para chocolate es una expresión mejicana que significa que algo está a punto de perder el control, en referencia a la temperatura justa que se necesita para derretir el chocolate.


Obviamente, leí y disfruté la novela de Laura Esquivel a principios de los noventa y vi la película de Alfonso Aráu poco después. Dada mi memoria a corto plazo, guardé una noción general que me disponía a revivir con la serie. Para mí sorpresa, no conecté con la trama, como si no hubiera leído el libro ni visto la película, lo que achaqué, no sin cierto disgusto, a las más de tres décadas transcurridas.


Al ser la lectura propuesta para la próxima reunión del club de la biblioteca local, la he releído con agrado y he descubierto por qué la serie me resultó indiferente, ajena: porque inventa subtramas que no aparecen en el libro y que no le hacían ninguna falta, a mí parecer. Ergo, no me molestaré en ver la siguiente temporada cuando salga. 

El tema de la novela puede centrarse en la pasión. Mientras que dos de los protagonistas se embarcan en una relación prohibida que desafía las normas de la época, el personaje de Tita es un símbolo de rebelión. A pesar de ser obligada a cuidar de su madre y despedirse de su vida amorosa, decide alzar la voz a través de la cocina y no encajar con lo que la sociedad espera de ella. Esta es tan solo una de las acciones que hacen de la protagonista un símbolo de independencia y de escuchar siempre al corazón, algo que puede resonar en el lector sin importar el contexto y la época en el que la lea.



1 comentario:

Johnny dijo...

Los mexicanos cuando estamos encabritados y no quiere uno que se le acerquen o pregunten por el enojo, eso es "como agua para chocolate"