Hay una ley en España muy chula (ironía): si no se excede una determinada cantidad los contratos públicos se dan a dedo, sin pasar por concurso ni subasta. Y así se agarran todos los políticos para dar contratos de obras públicas a empresas amiguitas con un presupuesto inicial que se sube después a cantidades estratosféricas. Las facturas después se fraccionan para que no pase de esa cantidad estipulada para el dedazo... pero si después se juntan las facturas
la obra cuestra el veintetiple de lo presupuestado. El pueblo paga y los políticos y la empresa amiguita tienen el bolsón lleno. Y eso sigue igual porque no les interesa cambiar las leyes y el pueblo vota lo de siempre ppsoe.
lunes, 11 de agosto de 2014
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2 comentarios:
Eso tiene un nombre: dedocracia.
Lo dudo.
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