Sinopsis:
Se centra en una familia excéntrica y disfuncional, los Flowers, que pelea por mantenerse unida. Maurice, autor de una saga de libros infantiles, y su mujer Deborah, profesora de música, están casados, aunque desean divorciarse. Mientras Maurice lucha con sus demonios interiores y sus oscuros secretos, Deborah intenta que la familia permanezca junta a toda costa a pesar de que sospecha que su marido tiene una relación homosexual con su ilustrador japonés, Shun. Por su parte, los dos hijos gemelos de la pareja, Amy y Donald se disputan el cariño de su vecina Abigail.
Se trata de una comedia de media hora que a lo largo de seis episodios nos presenta a una familia con la que, a nuestro pesar, tenemos más concomitancias que las que queramos admitir.
Si alguien pensaba que los ingleses no están bien de la cabeza, que no vea esta serie porque se acabará de convencer. Lo peor es que no se trata de nacionalidades sino que estamos abocados a acabar como la familia Flowers, sin tanta exageración, claro está, como no resolvamos los problemas de incomunicación de nuestra sociedad actual. Lo mejor es que los diálogos mordaces y surrealistas están interpretados por estupendos actores británicos como la gran Olivia Colman.
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