La última localidad que visitamos fue Cudillero, localidad marinera de singular configuración física, escondida desde la mar y desde la tierra, y descolgada en casas de mil colores, que dan forma a su conocido y fotografiado anfiteatro.
El día 25 después de desayunar nos dispusimos a enfrentar los 900 kilómetros de regreso a casa y al calor sofocante no hemos dejado de sufrir desde entonces. Asturias nos encantó no solo por sus paisajes naturales e históricos sino por sus agradables temperaturas fresquitas. Si no estuviera tan lejos, seguro que volveríamos más a menudo.
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