martes, 15 de agosto de 2017
Cangas de Onís
Tras la visita relámpago a Covadonga, la siguiente parada fue Cangas de Onís, de las pocas localidades que ostentan el título de ciudad.
Ante el Puente Romano cayeron unas gotas, de la poca lluvia que vivimos en todo el viaje, prueba, según nos dijo el guía, del cambio climático.
Miguel, el susodicho guía, es el alto que aparece en la foto primera, un tipo muy chocante que nos amenizó la excursión con sus explicaciones y su humor antigijonés, como buen ovetense.
Comimos en un restaurante dos platos típicos de la zona: fabada y cachopo, estupendos ambos.
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