Sinopsis:
Una joven anoréxica empieza un
tratamiento poco convencional en un centro donde crea lazos con otros internos
que también sufren trastornos alimentarios.
Creo haber comentado que seguir la carrera de Keanu Reeves me permite acceder a películas muy distintas que probablemente no vería de no estar él.
En esta interpreta a un psicólogo que trata a pacientes con anorexia. Desde mi abundancia en carnes, tal terrible trastorno no puede resultarme más incomprensible. Que conste que no estoy frivolizando con la enfermedad mental que más muertes causa. Me resultó descorazonadora, por la propia salud de los afectados y por pensar en los millones de personas que pasan hambre por no tener qué llevarse a la boca. Está claro que ese trastorno solo afecta al primer mundo. De lo que se infiere que gran culpa recae en la sociedad que tan estúpidamente marca cánones de belleza que debilitan mentes en su mayoría jóvenes y las condena a sufrir por su físico.
En cuanto a Keanu, este papel secundario pertenece a la categoría de majos. Y
sí, está estupendo para tener mi edad.
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