El día 22 estuvo muy completo. Por la mañana nos dirigimos hacia los Picos de Europa, majestuoso paisaje, sobre todo para los que venimos de tierra casi desértica.
Enclavada entre tanta belleza forestal, se halla el Santuario de Covadonga. Sus orígenes fundacionales están vinculados a la Batalla de Covadonga y al inicio de la Monarquía Asturiana, que constituyó el primer Reino Cristiano de la Península Ibérica. De estilo neorrománico, está construido íntegramente en piedra caliza rosa. Este templo vino a sustituir al antiguo, destruido en un incendio en 1777, y que se encontraba contiguo a la Santa Cueva.
Covadonga atesora más de mil años de leyendas e historias vinculadas a la Cristiandad y a los albores de la construcción de un territorio, y se ha convertido en lugar de devoción y espiritualidad para los miles de peregrinos que la visitan cada año.
Tuve la suerte de que, a poco de bajar del autobús, diese comienzo la Santa Misa, así que la oí en tal templo. Al terminar, me dirigí a toda prisa a la cueva de la Santina. No hay fotos pues está prohibido tomarlas.
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