Sinopsis:
9:00 horas. Un grupo de personas
absolutamente heterogéneo desayuna en un bar en el centro de Madrid. Uno de
ellos tiene prisa; al salir por la puerta recibe un disparo en la cabeza. Nadie
se atreve a socorrerle. Están atrapados.
Siempre que veo una película de Álex de la Iglesia me
quedo con la misma sensación: empieza de manera muy prometedora, con un punto
de partida y unos personajes interesantes, y acaba por agobiarme cuando de cara
al final despliega su arsenal de violencia, tanta que se diluye la carga social
implícita, a mi parecer. En efecto, el hombre es un lobo para el hombre y todos
nos acogeríamos quizás al sálvese quien pueda si nos encontrásemos en la misma
situación, Dios no lo quiera.
Para no acabar con la nota negativa, resaltaré su dirección de actores, desde los más a los menos veteranos. Sirva esta entrada como homenaje a la enorme Terele Pávez, que nos dejó hace unos días. Que descanse en paz.
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