Sinopsis:
Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de
teatro shakesperiano intenta levantar una representación de El Rey Lear. El
principal problema es el director, un brillante y tiránico actor, insufrible
para todo el equipo. El ayudante de escenario, el devoto Norman, intenta salvar
cada crisis mientras a su alrededor comienza el bombardeo del Blitz...
La procedencia teatral es omnipresente y lastra un poco el tratamiento cinematográfico. Es fascinante la historia de metateatro protagonizada por un actor de formación clásica que encara sus últimos días, siempre devotamente acompañado de su ayudante de camerino, el que lo viste, según el título original The Dresser.
Dos personajes de tal índole requerían dos actorazos a la altura, como Sir Arthony Hopkins y Sir Ian McKellen. Si ambos tienen el mismo tratamiento nobiliario por algo será.
Y el último rasgo que quiero reseñar es el amor de los británicos por Shakespeare y sus clásicos en general. Cómo lo envidio. Ojalá en España se valorase a nuestras figuras literarias, que las tenemos, muchas y de enorme calidad.
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