El viernes pasado fue el último día de clase de este curso tan atípico. Gracias a Dios, ha terminado mucho mejor que las perspectivas que a priori presentaba debido a la pandemia.
El jueves, mis alumnos de un grupo de inglés me sorprendieron con un triple regalo: sombrero, bolso y fular a juego. Muy agradecida.
Espero que el próximo curso sea más tranquilo y menos peligroso. Hasta entonces, ¡vacaciones!
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