Sinopsis:
Una noche, hace nueve años, Mateo intercedió inocentemente en una pelea y terminó convirtiéndose en un homicida. Ahora es un ex-convicto que no da nada por sentado. Su mujer, Olivia, está embarazada, y los dos están a punto de conseguir la casa de sus sueños. Pero una llamada impactante e inexplicable desde el móvil de Olivia vuelve a destrozar la vida de Mateo por segunda vez.
En menos de una semana me he soplado los ocho episodios de esta serie. Se nota que está basada en una novela de Harlan Coben porque el argumento da más saltos y giros que una carretera de alta montaña. No soy muy aficionada a pegarme atracones de capítulos, pero a esta le viene bien la continuidad para no perder el hilo.
Cada episodio empieza con la voz en off de un personaje que se presenta y nos introduce más de lleno en el meollo y nos explote la cabeza, para acabar confirmando que nadie merece el calificativo que titula la serie. No es por echarme flores, pero adiviné el último de los nada inocentes, lo que tampoco tiene tanto mérito si se aplica la lógica observación de que no aparece un buen actor para hacer un secundario de cuatro frases. Por cierto, reparto ajustado, aunque no acabo de ver a Mario Casas como protagonista, y no por manía personal. Y otra tontería: vale que Alexandra Jiménez es bajita, pero ¿eso justifica que una agente de policía de acción lleve tacón de aguja con todas las carreras que se pega?
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