Sinopsis:
Estrecho de Gibraltar, 1940. En el epicentro de una tormenta, el capitán González rescata a un grupo de náufragos alemanes. Cuando cesa el temporal, el cabecilla le obsequia con un emblema de oro macizo. De la conversación con ellos, González no olvidará dos palabras: traición y salvación.
Tengo esta novela desde hace casi un año y no me ponía a leerla porque es de lo poco (junto a otra) que me queda por leer de Juan Gómez-Jurado.
Este hombre vale lo mismo para un roto que para un descosido: igual nos arrebata con las aventuras contemporáneas en Madrid o en Estados Unidos de sus últimos éxitos que nos transporta a la Alemania de entreguerras donde tampoco nos da tregua.
Sin ser propiamente una novela histórica, la ambientación en hechos reales y en la descripción de la época es impecable y, lo que me resulta muy importante, nada cargante. Hay autores que, con tal de hacer ostentación de cuanto saben sobre un determinado período histórico, sueltan tantos datos que apabullan a la par que aburren. Por fortuna, este no es el caso, ya que el escritor, además de autor, es lector, y eso se nota a la hora de pergeñar una trama atractiva y emocionante para el que está al otro lado de las páginas. Está a la altura de las novelas de Ken Follett, por poner un ejemplo.
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