miércoles, 3 de febrero de 2021

Alguien tiene que morir

 


Sinopsis:

España, años 50. La historia comienza con un joven al que sus padres le piden que vuelva de México para que puedan conocer a su prometida. Él regresa acompañado de Lázaro, un misterioso bailarín de ballet. 


Acabo de leer que esta serie esta nominada a varios premios norteamericanos relacionados con la temática LGTBI y me he dado cuenta de que no la he reseñado. Dado que la vi en octubre, cuando se estrenó en Netflix, me temo que no la tengo muy fresca y a ver qué recuerdo.

Lo primero y muy destacable es que consta de nada más que tres capítulos, suficientes para contar una historia sin alargarse innecesariamente.

En segundo lugar, que está creada y dirigida por Manolo Caro, de quien me encantó La casa de las flores. De ella recupera a la maravillosa Cecilia Suárez en un papel opuesto a la inolvidable Paulina de la Mora.

Como antagonista, la enorme Carmen Maura, que hasta se permite exagerar y remite a sus personajes de Álex de la Iglesia.

No le falta un toque de culebrón a este drama exquisitamente ambientado en los años 50 de la España de la dictadura, tremendamente clasista y represora de la homosexualidad, incluso de las ansias de libertad de la mujer.

A veces me cuesta creer que aquellos tiempos quedaron atrás. 




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