Sinopsis;
Tras sufrir la pérdida de su hijo, el sheriff jubilado George Blackledge y su mujer Margaret dejan su rancho en Montana para tratar de rescatar a su nieto en Dakota. El niño está bajo la tutela de la poderosa familia Weboy, pues la nuera se ha vuelto a casar con otro hombre. La matriarca Blanche Weboy, tras descubrir las intenciones de los Blackledge, decide hacer todo lo posible para impedir que el niño regrese con sus abuelos.
No soy nada aficionada al wéstern, es uno de los pocos géneros cinematográficos que no me gusta. Mirad por dónde, sin quererlo, me he tragado uno.
Viendo el cartel y leyendo la sinopsis de la película, imaginaba que se trataría de un drama familiar. Hay mucho de eso, sin duda, pero no me esperaba que siguiese las pautas de una película del oeste.
Unas buenas personas quieren enmendar una injusticia y se topan con unos seres malvados y poderosos que, además, tienen de su parte a las fuerzas del orden. Los del lado del bien sufren vejaciones y maltratos, hasta el punto de que al héroe no le queda más remedio que tomarse la justicia por su mano aun con el riesgo de sacrificarse en el intento.
Además, Diane Lane y Kevin Costner están espléndidos como abuelos coraje, con una química que traspasa la pantalla.
Me ha gustado, la verdad.
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