La fiesta de quince años inicia con una misa a la que asiste con un vestido largo (a mi me parecen novias en pequeño) con sus padres, damas y familiares. Después se realiza la cena-baile en casa de la festejada o si el presupuesto da se hace en un salón; se inicia con el vals con el padre y los familiares masculinos (cada uno baila por un momento con ella ¡imaginen si tiene un montñon de tíos y primos!). Enseguida baila con sus 14 damas y 15 chambelanes (creo que ya no se acostumbran tantos) un vals y después alguna pieza moderna (por lo cual se acostumbran dos vestidos, el del vals y el moderno ¡qué gasto!). Yo la considero como una boda pequeña, porque se renta un salón, se adornan mesas y sillas, hay baile, hay cena y regalos (que hoy en día son en efectivo, ya nadie quiere regalitos, prefieren billetes). Una variante de esta fecha es que las niñas quieran un auto o un viaje en lugar de la fiesta. Mi hermana Diana en su momento ni quiso fiesta porque se le hacía pasado de moda, pero hoy en día ha vuelto a tomar fuerza esta tradición (solo espero que Vivi o Lu tengan el mismo pensar que su tía).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Gracias por las explicaciones, Johnny.
La verdad es que en España a nadie se le ocurriría celebrar una fiesta así, y no me refiero sólo a causa de la crisis económica, sino a que parece anticuado. Recuerda a las "puestas de largo" que antaño celebraba la aristocracia para presentar en sociedad a sus retoños.
La sociedad mexicana haría bien en comenzar a abandonar esa tradición, si me permites la opinión.
Yo también soy de la opinión de Conchi, pero ya puestos a pedir, me pediría un coche en vez de anticuada fiesta
Yo también pediría un coche. Aquí nada parecido, al menos en Extremadura (mi región)
Publicar un comentario