viernes, 31 de diciembre de 2010
Comida de navidad
Como Conchi comentó una vez en una entrada mía, a los españoles nos basta con cualquier cosa para organizar una comilona, pues que mejor cosa que reunirte con la gente a la que tratas a diario en tu trabajo y te llevas de maravilla en una comida navideña. Este año el evento fue en Huesa (para más seña, el pueblo de mi abuela paterna), a unos pocos kilómetros de Peal de Becerro. La comida en sí, a la mayoría opinaba que dejaba mucho de desear y no creáis, 35 € por cabeza, comprendía los típicos ibéricos de entrada, queso curado, frutos secos, marisco, las gambas a la plancha para chuparse los dedos, lástima que unas cuantas sobraron en otros platos y uno que es prudente…, y el plato principal a elegir entre cinco: servidor eligió el solomillo. No asistimos la totalidad, lo retirado del pueblo, aparte de otras causas hicieron que mucha gente se lo pensara. De los ex únicamente asistió Manolo, el de Linares, que ya hice una entrada de su despedida.
Para mí estuvo bien, no sé el de otros años como sería, pero el echar una velada con gente que quieres y estar de cachondeo, chistes y demás, eso no tiene precio, como si hubiese sido el doble.
Y como nota triste, ese día fue completo, al regresar al pueblo, de velatorio. Esa madrugada murió una tía-abuela mía, tía de mi padre, que vivía en el pueblo donde trabajo. Allí me encontré con buena parte de la familia que tenemos por la zona, aparte de mis padres que llegaron después.
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3 comentarios:
Menudo señor banquete que os disteis. Hay que aprovechar las buenas ocasiones que se presentan, que las malas vienen sin buscarlas, como el fallecimiento de tu pariente. Mis condolencias.
Siempre te vemos rodeado de muchas mujeres, qué bien que te la pasas ja ja
Bueno Mari Pau, es que en los Centros de Servicios Sociales la mayoría son mujeres, las Trabajadoras Sociales, aunque sí que procuro rodearme de buena compañía.
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