La imagen de la Virgen de la Paz, patrona de Agost, se hallaba deteriorada y se recaudaron fondos para restaurarla. Así pues, ha estado un par de meses fuera de la parroquia. El pasado sábado 11 era el día de su regreso, acontecimiento para el que se montó tremendo fiestón.
Multitud de paisanos míos acompañaron a la patrona en procesión hasta la iglesia. Además de las autoridades, los representantes de las comparsas, las cofradías y el párroco, vino nada menos que el señor obispo. Quizá acontecimiento mayor fue el hecho de que ambas bandas de música locales, eternas rivales, participaron juntas en la procesión, que, como no podía ser de otra manera en esta tierra, se vio “amenizada” por cohetes y tracas a tutiplén e incluso un castillo de fuegos artificiales. Quedó una fiesta tan lucida como emotiva.
Gracias al autor de las fotos, sea quien sea, porque quien me las pasó no me comentó su autoría.
3 comentarios:
En la vitrina de mi madre hay un platón con su imagen, desde hace 20 años.
A mí me gustaría más sin la enorme corona y el niño sin el aura, estarían a mi gusto más sencillos y emotivos.
Y lo de la Virgen en Agost casi no es nada comparado con el barroquismo de Sevilla, la semana santa sevillana es de un barroco que espanta, según mis gustos.
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