Sinopsis:
De padre alemán y madre francesa, Pierrot ha tenido una infancia no muy distinta de la de cualquier niño de su época. Sin embargo, nos hallamos en París, corre el año 1935 y la guerra que se avecina trastocará el destino de millones de personas. Tras la muerte prematura de sus padres, Pierrot deberá separarse de su íntimo amigo Anshel y abandonar Francia para vivir con su tía Beatrix, que trabaja de ama de llaves en una mansión imponente erigida en lo alto de una montaña. Pero no es una casa cualquiera.
John Boyne retoma el periodo histórico de su famoso relato El niño del pijama de rayas. Si esta novela carecía de resumen introductorio en la contraportada para no estropear la sorpresa, cosa que me pareció adecuada, creo que lo mismo se debió haber aplicado en la que nos ocupa. Un supuesto misterio que se revela a mediados de la historia aparece en la contraportada, lo que me produjo mucho coraje.
Por otro lado, aterra ver cómo las mentes jóvenes (y no tan jóvenes) pueden ser maleadas por ideologías extremistas dictatoriales. La historia de un niño atrapado en el nazismo bien se podría extrapolar al yihadismo, por poner un ejemplo actual.
La lectura es amena y no llega a cansar. Que aprendan muchos autores que no son necesarias tropecientas páginas para entretener, que parece que les paguen al peso.