Sinopsis:
Sin el personaje de Samantha, la serie sigue a las neoyorquinas Carrie, Miranda y Charlotte mientras navegan por el viaje desde la complicada realidad de la vida y la amistad de los 30 hasta la realidad aún más complicada de la vida y la amistad a los 50.
Para empezar, confieso que no soy fan acérrima de la serie original. Sí que vi bastantes episodios, e incluso las dos películas basadas en ella, pero no la conozco en profundidad. Así que no sé por qué me puse a ver esta continuación. Ya os digo que no fue por los modelitos estrafalarios de Sarah Jessica Parker, que no sé cómo puede caminar por Nueva York con semejantes tacones y sombreros.
La cuestión es que la serie me fue atrapando y poco a poco me dejé envolver por las peripecias de las tres amigas (la cuarta solo aparece por mensajes de texto) y los nuevos personajes que surgen en sus órbitas. Es un ejemplo de diversidad e integración. Aparece incluso un personaje muy secundario en silla de ruedas interpretado por una actriz que siempre parece estar cabreada, cosa que me molesta.
Anécdotas aparte, el espíritu que sustenta la serie es la amistad incondicional entre las mujeres, lo que ahora se llama sororidad.
Si hay una segunda temporada, que cuenten conmigo.
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