Sinopsis:
«Sé lo que has hecho». Este mensaje, encontrado en el bolsillo del pantalón de Alaska Sanders, cuyo cadáver apareció el 3 de abril de 1999 al borde del lago de Mount Pleasant, una pequeña localidad de New Hampshire, es la clave de la nueva y apasionante investigación que, once años después de poner entre rejas a sus presuntos culpables, vuelve a reunir al escritor Marcus Goldman y al sargento Perry Gahalowood. En esta Ocasión contarán con la inestimable ayuda de una joven agente de policía, Lauren Donovan, empeñada en resolver la trama de secretos que se esconde tras el caso. A medida que vayan descubriendo quién era realmente Alaska Sanders, irán resurgiendo también los fantasmas del pasado y, entre ellos, especialmente el de Harry Quebert.
Una novela nueva de Joël Dicker es un acontecimiento literario. A pesar de la pequeña decepción que me supuso la anterior, El enigma de la habitación 622, tenía muchas ganas de leerla. Por otro lado, me daba cierta pereza ponerme con las 592 páginas que me iban a ocupar casi todo el verano. Falso, que en tres o cuatro días me lo ventilé, prueba de lo que me entusiasmó.
Dicker parte de una base sólida que es contar con los personajes de sus mejores superventas, La verdad sobre el caso Harry Quebert y El libro de los Baltimore. Temía no recordar lo suficiente de estas novelas y perderme, pero no, que enseguida me ha vuelto a la memoria y lo he disfrutado. Qué despliegue de giros y giros argumentales, entre crimen y crimen, que no insultan la inteligencia del lector, lo que nos obliga a pasar y pasar páginas con el ansia viva de querer saber qué ocurre a continuación.
Me declaro admiradora del señor Dicker y estaré dispuesta a devorar sus futuras novelas.
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