Sinopsis:
Michael pensaba que su vida era perfecta hasta que su esposo lo sorprendió al irse después de 17 años. Michael tiene que enfrentarse a dos pesadillas: perder a su alma gemela y, de repente, encontrarse como un hombre gay soltero de unos 40 años.
En tres tardes he visto esta serie de Netflix. Consta de ocho episodios de una media hora de duración y cuenta las peripecias de un gay cuarentón que acaba de ser abandonado por su pareja de muchos años. Es de clase media alta y vive en Nueva York donde tiene buenos amigos. En efecto una versión gay de Sexo en Nueva York y, más parecida aún, de su continuación And just like that. ¿Una copia mala? En absoluto. Neil Patrick Harris es un encanto en su papel de víctima descolocado ante cómo ha cambiado el panorama de las citas desde que él era soltero. No hay escenas explícitas de sexo, pero sí algunas que chocan a quienes no estamos tan familiarizados con las relaciones gays.
Es una comedia entretenida, amable y fresca que me ha dejado un buen sabor de boca. El último episodio termina en un cliffhanger innecesario, al menos para mí, porque pienso ver la segunda temporada si se rueda.
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