Sinopsis:
Las últimas palabras enigmáticas de un moribundo envían al hijo del vicario, Bobby Jones, y a su amiga de la alta sociedad, Lady Frankie Derwent, a una aventura para resolver un crimen.
Me admira la devoción del pueblo británico por sus autores y su consiguiente difusión televisiva, de lo que tendríamos que aprender los españoles. Así, todos los años nos encontramos al menos con una adaptación de Agatha Christie. Si ya de por sí son entretenidas y de calidad, otro punto a favor es que las series constan de muy pocos episodios. La de esta, que no es de las más populares (al menos, a mí no me sonaba) son tres, en concreto.
Otra curiosidad es que la adaptación corre a cargo del polifacético Hugh Laurie, que se reserva un papelito. Bajo su dirección, nos presenta una historia de crímenes que puede resultar confusa por el embrollo de personajes y nombres que surgen en la conclusión. Aun así, todo destila amor por el desarrollo de la investigación, por la recreación de la época, por el trabajo artesanal bien hecho.
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