Sinopsis:
Segovia, 1559. Lucía de Avellaneda (Amaia Aberasturi) acude al beguinato, una comunidad de mujeres al margen de la Iglesia, para encontrarse con su madre. Allí, descubrirá un mundo nuevo que le hará cuestionarse todo y conocerá a Telmo, un joven atractivo, lúcido y misterioso que esconde sus orígenes judíos. Ambos vivirán una pasión pura e irrefrenable, pero prohibida.
Creo recordar que durante la carrera algún profesor me habló de las beguinas, aquellas mujeres que formaron comunidades al margen de las órdenes religiosas. Esta miniserie de diez episodios nos las presenta aunque ignoro hasta qué punto se ajusta al rigor histórico. Tampoco importa tanto en un producto de entretenimiento que más bien adquiere tintes de telenovela de época con el romance, entre otros, de la joven protagonista, aún falta de rodaje, a mí parecer, y el ya curtido, pese a su juventud, Yon González, un actor que me encanta.
Reclama un feminismo avant la lettre y una sororidad siempre necesaria, además de reivindicar el derecho de la mujer a la educación, todavía rechazado en tantos países, por no hablar del castigado lesbianismo.
Como punto añadido a su favor, es autoconclusiva.
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