El sábado por la mañana Paqui nos invitó a almorzar y, como es costumbre de la buena, comimos tan ricamente que ni hambre tenía para cenar, ya que además de la ensaladilla y la coca a la pala degustamos la rica tarta de crema pastelera y chocolate de nuestra repostera Rosa.
También tuvimos la visita fugaz de María, su marido y uno de sus hijos que se despedían para emprender camino a Rota. A María le regalamos un álbum de fotos de las Guapetonas para que nos tenga presentes, aunque sé que no faltamos en su corazón, igual que ella está en los nuestros, pese a no vernos tanto como quisiéramos.
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