martes, 31 de marzo de 2015

Concierto canadiense



Como ha hecho buen tiempo, este fin de semana apenas he parado por casa. Pedro decía que me había pasado tres pueblos, desde la casi reclusión hasta el también casi desmadre. Exagerado. Lo cierto es que asistí a esos actos culturales que se organizan en mi localidad y que tanto había echado de menos.

El viernes por la tarde me acerqué a la biblioteca, visita que tenía pendiente desde que se hizo cargo de ella la bibliotecaria nueva. Allí me encontré con mi amiga Nati y la animé a que se reuniera con Mari Pau y conmigo en el concierto de la banda sinfónica de William Aberhart High School, de nada menos que 80 miembros. Me pregunto cuán grande será la trapisonda de trasladar semejante horda de adolescentes, con sus equipajes, instrumentos musicales y hormonas desde .Canadá a España. Los profesores que los hayan acompañado tendrán ganado el cielo.

Como su director recordó, hace cuatro años estuvieron en Agost y lo conté aquí. Qué gracia verlos tan uniformados y formales. Eligieron un repertorio internacional, de Canadá a Corea, pasando por Agost, ya que interpretaron El Rey Moro, una pieza de Juan Manuel Molina Payá, un compositor paisano que se hallaba allí y al que homenajearon. Los chavales flipaban al conocer un autor vivo.

De todas maneras, me permito el chovinismo de pensar que las bandas juveniles de Agost suenan mejor.

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