martes, 2 de julio de 2019

Mi negro pasado



Sinopsis:
María, adicta a la comida, sufre el injusto fin de su matrimonio, en mitad de una avalancha de reproches racistas y machistas. Deshecha, recibe de manos de Lucía, su abuela por mucho tiempo ausente, el diario de Tita. Al adentrarse en él, descubrirá insospechados secretos familiares, la capacidad del espíritu humano para volar alto gracias a la alquimia que transforma los ingredientes naturales en alimento y un sentido de pertenencia jamás experimentado.

Cuando se publicó Como agua para chocolate, del que esta novela es continuación, la compré, la leí y la adoré. No obstante, me avergüenza confesar que apenas la recuerdo, a no ser sonarme levemente las referencias que aquí aparecen sobre la original. Menos mal que no es necesario tenerla presente para leerla.

La novela es corta y con una tipografía grande, lo que se agradece. Si eso es lo primero que destaca, mal asunto, pensaréis. Pues no vais muy desencaminados. Es agradable de leer, sí, pero no aporta mucho más. Carece del realismo mágico de la anterior y le sobran ciertas lecciones sobre alimentación: ¿La celulitis la produce la ingesta de pollos de granja? No me lo creo. Que vale que la comida tradicional mexicana sea más sana que la procesada no lo pongo en duda, pero tampoco hay que ser más papistas que el papa.

Para terminar, no me explico cómo una autora tan reputada, publicada en una editorial con tantos recursos, permita faltas de ortografía tan garrafales como confundir "revelar" y *rebelar", o "vellos" y "bellos". Vergonzoso.

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