Sinopsis:
Quince años después de la violenta muerte de su hijo, Anna Dean es acusada de revelar a través de Internet la identidad del asesino, y de conspirar para asesinarlo. Por un lado está Craig Myers, un hombre de familia que es víctima de un ataque violento tras haber sido identificado en Internet como un asesino de niños. En el otro lado está Anna Dean, cuyo hijo fue asesinado hace 15 años. A ella se le acusa de revelar por la red la identidad del supuesta asesino y de conspirar para que lo maten.
Como en inglés los sustantivos y los adjetivos carecen de género, a priori no podemos saber si la víctima del título es un hombre o una mujer, hecho alrededor del cual se vertebran los cuatro episodios que componen esta miniserie británica.
Recalco lo de británica porque la diversidad de escenarios en sus series es una baza que juega con acierto la BBC y de la que debería tomar nota RTVE. Aquí la acción transcurre en Escocia. Benditos subtítulos en español que me permiten seguir la trama pues el acento escocés, aunque me encanta, me cuesta mucho seguir.
A pesar de los buenos ingredientes, me sobró metraje de los cuatro capítulos y en momentos se me hizo pesada por reiterativa. Además, el presunto giro argumental no me sorprendió porque me lo barruntaba desde el principio. Eso sí, las actuaciones con la calidad de la BBC.
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