domingo, 20 de diciembre de 2020

Agost «recupera» sus esfinges ibéricas y musealiza la antigua ermita de Sant Pere



Las esfinges ibéricas encontradas en Agost en el siglo XIX han «regresado» a la localidad alfarera. A pesar de las dos piezas se hallan en el Museo del Louvre de París y el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, la musealización de la antigua ermita de Sant Pere para convertirla en centro de interpretación ha incluido la realización de dos reproducciones de las singulares esfinges halladas en 1893 en el yacimiento del Camp de l’Escultor. Dos réplicas exactas gracias a un escaneado 3D para disfrutar de uno de los tesoros de la localidad. 

Agost ya tiene prácticamente terminada las obras de musealización, última fase para recuperar la ermita de Sant Pere, templo desacralizado que hace poco más de una década estaba completamente en ruinas. Y esta semana han llegado las dos réplicas a tamaño natural de estas joyas ibéricas de influencia helenística localizadas en Agost hace más de un siglo.

El alcalde Juanjo Castelló (PP) explicó su emoción por tener unas réplicas exactas de estas piezas en el centro de interpretación de Agost, que abrirá sus puertas a principios del próximo año y se podrá visitar de viernes a domingo. «Las réplicas son idénticas a los originales, tienen hasta las señales de los golpes que recibieron cuando las encontraron. Es un gran atractivo para Agost poder con estas reproducciones y con este centro de interpretación, que se une al Museo de Alfarería, Agost muestra su potente oferta cultural y natural pese a no llegar a los 5.000 habitantes».

Del mismo modo el primer edil recordó que en 2009 la ermita estaba en ruinas, que la rehabilitación acabó en 2015 y que ahora se culmina la obra con su musealización, gracias a una subvención de fondos europeos.

Las dos esfinges de Agost, que datan del siglo VI antes de Cristo, fueron encontradas en 1893, siendo trasladadas al Museo del Louvre de París. Una regresó a España en 1941, para incluirse en el Museo Arqueológico Nacional, y la otra permanece en París. Por este motivo, ambas esculturas nunca se habían vuelto a ver en España, hasta que el MARQ logró la cesión temporal de las dos piezas para una exposición en 2009, cuando se reencontraron. Y ahora Agost hace lo propio gracias a la tecnología de reproducción 3D que ha llevado a cabo la Universidad de Alicante. La localidad ya contaba con dos reproducciones en el Centro Social, pero no con el grado de exactitud que las nuevas tecnologías han permitido ahora.

La esfinge que se encuentra en el Louvre está realizada en piedra caliza blanca y ha perdido las patas y la cabeza. Y la que está en el Museo Arqueológico Nacional es del mismo material y mide 80 centímetros de altura. Se trata de un animal fantástico con cabeza y cara de mujer, cuerpo de león y alas de ave, aunque a esta última pieza le falta la parte inferior de la cara, las patas delanteras y las extremidades de las alas. Este tipo de esculturas estaban ubicadas en monumentos funerarios y constituyen las mejores piezas de arte ibérico con influencia griega que se conservan.

Agost ha contado para desarrollar esta musealización con una subvención europea de 49.000 euros, a lo que hay que sumar una aportación del Ayuntamiento de otros 28.400 euros que han permitido convertir la antigua ermita en un centro de interpretación que muestre al visitantes su rica historia y tradiciones.

Con este centro de interpretación el visitante podrá tener una visión en conjunto de la historia y el presente del municipio. Reunir en un mismo espacio la esencia de Agost es lo que pretende el proyecto de musealización: historia, sectores económicos, la importancia de la música o las fiestas más arraigadas y tradicionales como les Danses del Rei Moro. Y este centro de interpretación se integrará en rutas para recorrer Agost y descubrir sus tesoros culturales y naturales.





1 comentario:

carolina dijo...

Me alegro de que las esfinges, aunque sea en forma de réplica, hayan regresado a su hogar. Cuando estuve en Madrid, acompañando a Conchi y a las Amas de Casa de Agost, pude comprobar de primera mano con qué emoción se acercaron a la que está expuesta en el MAN. Teniendo en cuenta lo muy desapegados que hemos estado los españoles durante siglos respecto a nuestro patrimonio arqueológico y cultural, me alegra comprobar que se ha avanzado mucho en la concienciación de la gente respecto a lo que dicho patrimonio representa.