Por la tarde continuamos la visita por las plazas cordobesas, que son muchas y de gran diversidad. Hay que señalar en primer lugar La Plaza de la Corredera, única barroca porticada de Andalucía; La Plaza de los Dolores, donde se encuentra El Cristo de los Faroles (en la foto); La Plaza del Potro, recinto cervantino. En ésta se encuentra el Museo Provincial de Bellas Artes, con pinturas barrocas, y el de Julio Romero de Torres, el que pintó a la mujer morena.
La mañana del domingo, que era libre, recibí la visita de mi buen amigo Juanfra, quien tuvo la amabilidad de desplazarse desde su Jaén natal para acompañarme unas poquitas horas, cosa que le agradezco de corazón. Dimos una vuelta por el centro y regresamos al hotel siguiendo el curso del Guadalquivir.
En resumen, disfruté mucho del fin de semana en esta ciudad donde todas las culturas que la han poblado han dejado su huella, culturas como la romana, la árabe, la judía y la cristiana, sedimentando un patrimonio histórico-artístico de excepcional singularidad. Además del apartado cultural, me vino de perlas para salir de la rutina y recargar las pilas. También me reí un montón gracias al buen ambiente que reinaba entre mis paisanos. Para colmo, incluso nos acompañó el tiempo, entre sol y fresco. Hasta que no nos subimos al autobús de vuelta a casa no cayó la primera gota de lluvia.
1 comentario:
¡Qué envidia me da!
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