Sweeney Todd cuenta la vida de Benjamin Barker, un hombre que es encarcelado durante 15 años en Australia debido a una falsa acusación del juez Turpin, cuyo único objetivo es quedarse con su mujer y su hija. Tras cumplir condena, Barker regresa para buscar a su familia. Es entonces cuando descubre que su mujer se ha suicidado después de que Turpin quisiera aprovecharse de ella. Pero su hija sigue con vida. Benjamin Barker decide cambiar de nombre por Sweeney Todd y comienza su venganza. Para ello contará con la ayuda de Mrs. Lovett, la solitaria dueña del local ubicado debajo de la barbería.
Sweeney Todd es la sexta colaboración entre el director, Tim Burton, y su actor talismán, Johnny Depp. Nunca he sido devota suya, pero reconozco que aquí está estupendo y que se defiende muy bien cantando. Cuando desempeñaba sus labores de barbero me recordaba a Eduardo Manostijeras y su destreza para cortar el pelo. La cinta también cuenta con la participación de la esposa del realizador, Helena Boham Carter.
Una película sangrienta, muy sangrienta, y con toda la espectacularidad a la que Burton nos tiene acostumbrados. Desde los títulos de crédito iniciales, hasta la "desmesurada" escena final, pasando por la ambientación de ese Londres sombrío y gris (merecidísimo el Oscar a la dirección artística), los números musicales (sorprende lo bien que cantan todos los actores, porque, sí, cantan ellos), y ese humor negro tan típico del director... Menos mal que se han respetado los números musicales, en vez de que sean los dobladores españoles quienes cantasen (sin desmerecer su talento, que doblan maravillosamente bien), porque nos habrían privado de las voces originales de los actores y la película habría perdido fuerza.
Con todo, no la recomendaría a los que no fuesen amantes del género musical, pues les puede resultar pesado tanta canción y tanto subtítulo. De hecho, en el cine se salió una parejita joven a los veinte minutos de metraje. Como me apasionan los musicales y estoy acostumbrada a ver películas en V.O., los subtítulos no me molestan en absoluto; antes al contrario, son de gran ayuda.
Sweeney Todd es la sexta colaboración entre el director, Tim Burton, y su actor talismán, Johnny Depp. Nunca he sido devota suya, pero reconozco que aquí está estupendo y que se defiende muy bien cantando. Cuando desempeñaba sus labores de barbero me recordaba a Eduardo Manostijeras y su destreza para cortar el pelo. La cinta también cuenta con la participación de la esposa del realizador, Helena Boham Carter.
Una película sangrienta, muy sangrienta, y con toda la espectacularidad a la que Burton nos tiene acostumbrados. Desde los títulos de crédito iniciales, hasta la "desmesurada" escena final, pasando por la ambientación de ese Londres sombrío y gris (merecidísimo el Oscar a la dirección artística), los números musicales (sorprende lo bien que cantan todos los actores, porque, sí, cantan ellos), y ese humor negro tan típico del director... Menos mal que se han respetado los números musicales, en vez de que sean los dobladores españoles quienes cantasen (sin desmerecer su talento, que doblan maravillosamente bien), porque nos habrían privado de las voces originales de los actores y la película habría perdido fuerza.
Con todo, no la recomendaría a los que no fuesen amantes del género musical, pues les puede resultar pesado tanta canción y tanto subtítulo. De hecho, en el cine se salió una parejita joven a los veinte minutos de metraje. Como me apasionan los musicales y estoy acostumbrada a ver películas en V.O., los subtítulos no me molestan en absoluto; antes al contrario, son de gran ayuda.
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