Después de la postal bucólica le toca el turno a la marina. Aquí tenéis una imagen de las olas rompiendo contra los acantilados de la pequeña, pero encantadora playa de Ubiarco. Lástima que las mareas y tempestades del año pasado se hayan llevado toda la arena y sólo queden cantos rodados en la orilla y rocas puntiagudas en el fondo del agua. En fin, detallejos sin importancia. Además, con el mar, todo lo que se va, vuelve.
Pues eso, feliz finde para todos.
3 comentarios:
No non vengas ahora con los inconvenientes de las playas cántabras después de habernos invitado. Santa Rita, Rita...
Como el medio ambiente es mi pasión y mi agonia por lo degradado que está aquí en el Mediterráneo, este fin de semana he tenido un disgusto en este sentido. Tengo una casita en Agost norte, en las faldas del Maigmó, y en unos cables de la luz hemos visto enganchado y muerto una enorme ave rapaz (un buho enorme o algo parecido). Se ve que al lanzarse en picado a cazar conejos, que por aquí hay muchos, se ha topado con estos enormes cables que la modernidad humana les ha puesto en su camino. Era un magnífico animal. Y no hace mucho mi padre dice que ya vio otro así. Estos cables de la luz que afean tanto el paisaje además se cargan la fauna autóctona. Se tendrían que buscar otras soluciones para esto.
Mari Pau, tendrías que haber tomado una foto y enviarla a los periódicos para denunciarlo.
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